Aquí se llora solo.
Aquí se sufre solo.
Aquí sólo se mira
al otro lado del cristal
inútilmente
porque allí,
en la otra parte,
al otro lado
nunca hay respuesta;
sólo está el niño
solo.
El niño solo
y la muerte
jugando
entre sus manitas blancas.
la muerte trepando por sus piernas.
La muerte
mirándote a los ojos
ya instalada
en la mirada abismal del niño
que te mira
serio, mortal y blanco
al otro lado del cristal.
Y solo.
Aquí
se muere
solo.
Andrés Aberasturi
Hablando Solo
2008
1 comentario:
Pues no es verdad lo que dice Andrés. En mi orgullosa condición de enfermera puedo asegurarte que no están solos.
Un beso.
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