noviembre 24, 2010

Primera experiencia con Roger Wolfe

Tenéis razón. Cuánto blog-abandono. Cuánto abandono de uno mismo. Cuánto de todo... Así que hoy, tras consultar su web, opté por pasarme por la Biblioteca Centro de Madrid decidido a llevarme en la bolsa donde cargo con el tapper-comida-infame-de- los-días-laborables, todas las obras de poesía disponibles de Roger Wolf, con el ánimo de salir un poco de esta ignorancia que se va adueñando de mí cada día. La estantería de POESIA, sobra decirlo, no suele estar nada concurrida. Así que no fue un buen presagio que un hombre, aparentemente joven, estuviera buscando algo, absolutamente inmóvil, justamente en la zona que abarcaba de la P a la Z. Mal asunto. Unos cuantos requiebros y conseguí agacharme para inspeccionar, con ese entusiasmo de saberse cerca de algo que buscas, la W... NADA. Nada que tuviera que ver con Wolf.

Siguiente paso: consultar con una de las bibliotecarias. No, no sabe muy bien cómo se escribe el nombre del autor, pero es muy amable. Me habla de todos sus libros...Todos disponibles... Me mira dubitativa. Tal vez lo que ocurre es que yo no sé muy bien cómo se escribe la W. Pero es muy amable con los analfabetos, se levanta y me acompaña segura de sí misma hacia la estantería de poesía. La sigo, como quien sigue a un coche fúnebre. Busca con mi entusiasmo anterior en las uves-dobles... PERO NADA. Lo único que hemos conseguido es ser dos los aturdidos en poco tiempo. Dándome una serie de explicaciones se dirige a NAVARRATIVA. Encuentra "El dedo índice de Dios", que no es exactamente lo que yo quería, pero es de Roger Wolfe. Como si fueran lo mismo un melón y una sandía. Seguidamente va a preguntarle a una compañera. Resulta ser la responsable de poesía de la Biblioteca, aparentemente encantada de que alguien le consulte algo. Tampoco sabe quién es el autor y todo le extraña mucho. Le comento lo poco que sé de él y lo raro que resulta que ninguno de sus tres libros "disponibles" de la biblioteca se encuentren en la misma. Su pregunta ante este dilema es: ¿Eres tú Roger Wolfe? Es que algunas veces es el propio autor quien pregunta para saber si están sus libros... Vaya, vaya...como somos. Pues no, no soy yo Roger Wolf, le explico, mientras abro la solapa de la portada del libro que llevo, enseñándole la foto de Wolf (aunque las comparaciones son odiosas, denotan evidencias). De nuevo me lleva a la estantería de poesía. Hacia la letra W. Si no soy Roger Wolf, tal vez además de anafabeto sea torpe, muy torpe, y no sepa buscar. Ante el malogrado tercer intento, y para su tranquilidad como responsable de poesía, le aporté la idea de que tal vez TODOS LOS LIBROS DE WOLFE, hubieran sido cambiados de lugar intencionadamente, con el ánimo de generar desánimo y confusión. Le gustó esta idea, que pasó a convertirse en una afirmación tajante. ESO HA SIDO.

Así que nada, voy a leer "El índice de Dios" de Roger Wolfe. No es lo que buscaba, pero por hoy, es lo que hay.


El mísmísimo Roger Wolfe, que no yo.