Me voy, te anuncio, dejo las azoteas y mis botines rojos de disparar. No habrá otra igual en la ciudad. Una sola bala por blanco, sin mira telescópica. Me voy, te anuncio. Dejaré de apuntar a tu pecho arrastrada tras los coches o enterrada en el fango; camuflada frente a la gran Esfinge o descalza sobre las aguas de Nueva Orleans. Me voy, ya lo he dicho, nadie habitará este lugar jamás. Y nunca volverás a caminar con la mirada impaciente de las víctimas.
1 comentario:
Me gusta... te prodigas muy poco ultimamente. A ver si coincidimos o hacemos por coincidir.
Besos
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